Las características que definen un texto expositivo son la objetividad, el lenguaje denotativo y la organización lógica, además de la capacidad de relacionar conceptos nuevos con conocimientos previamente adquiridos.
Los textos expositivos proporcionan información acerca de un tema concreto, con el objetivo de ampliar y transmitir conocimientos. Pueden recibir el nombre de expositivos-explicativos si, además de presentar una información, pretenden que sea comprendida por el lector.
Son el tipo de texto más utilizado en el ámbito académico y profesional, por lo que analizaremos en profundidad sus características y veremos un ejemplo de cada una de ellas.
1. Objetividad: no expresa opiniones ni emociones
La objetividad es uno de los rasgos más importantes, ya que los textos expositivos evitan la emisión de juicios y emociones por parte del autor.
Algunas de las herramientas que se emplean para crear un texto objetivo son:
- Verbos copulativos, impersonales o en tercera persona.
- Formas verbales del modo indicativo, como el presente, que dotan al texto de un carácter atemporal.
- Es recurrente el uso de oraciones con las formas no personales del verbo, infinitivo, gerundio y participio.
Ejemplo
La Luna es un astro, único satélite natural de la Tierra, cuya órbita gira alrededor del planeta durante un ciclo aproximado de 28 días. Su diámetro es de 3476 km y se encuentra a una distancia de 384.400 km de la Tierra.
El oxígeno y los minerales, como hierro, silicio y magnesio, son los principales elementos presentes en su composición.
2. Lenguaje denotativo: no hay dobles sentidos
El lenguaje que se emplea en los textos expositivos también ha de ser objetivo y varía en función del público al que se dirija la información. El léxico puede ser técnico o culto cuando el lector es entendido en la materia.
Sin embargo, en la mayoría de estos textos predomina un vocabulario formal, pero sencillo, cuya finalidad es la divulgación de conceptos para públicos no especializados.
En ambos casos, el lenguaje evita la utilización de recursos estilísticos que puedan restar coherencia o llevar a confusión. Es un tipo de lenguaje concreto y didáctico, si lo comparamos con el lenguaje creativo empleado en textos de corte literario.
Ejemplo
El aparato respiratorio es el sistema que abastece de oxígeno a los seres vivos. En los seres humanos está formado por las vías respiratorias (fosas nasales, faringe, laringe y traquea) y los pulmones (bronquios, bronquiolos y alvéolos).
En los animales el sistema respiratorio puede ser de tipo branquial, traqueal, pulmonar o cutáneo, y algunos utilizan más de un tipo de forma simultánea.
3. Orden lógico: desarrollo natural de ideas
El texto expositivo organiza las ideas de forma lógica y siguiendo un orden natural, como por ejemplo, mediante construcciones sujeto-verbo-complementos o colocando los adjetivos después de los sustantivos.
La información mantiene una organización jerárquica gracias al empleo de títulos, subtítulos y epígrafes.
Los textos expositivos emplean conectores textuales que establecen relaciones entre conceptos y ayudan a desarrollar el tema de manera lógica. Existe una gran variedad de tipos de conectores, algunos ejemplos son: además, por tanto, entonces, es decir, sin embargo, esto es, etc.
La estructura de los textos expositivos, generalmente, consta de tres bloques (introducción, desarrollo y conclusión). De inicio, estos textos plantean un problema al que dan solución a medida que se desarrollan y su estructura permite explicar ideas o conceptos para que resulten comprensibles al lector.
Pero la organización del texto expositivo varía en función de su temática y podemos encontrar otra clase de estructuras como:
- Clasificación
- Pregunta-respuesta
- Comparación
- Causa-consecuencia
- Ilustración
Ejemplo
Los salmones son peces anádromos, es decir, peces que viven en el mar, pero desovan en los ríos. Su vida se divide, principalmente, en dos fases, la fluvial y la marina.
El ciclo de la vida del salmón comienza con la eclosión de sus huevas en aguas dulces, donde permanecen durante la etapa larvaria y juvenil. Pasado ese periodo migran hacia el océano, donde atraviesan una fase de adaptación al medio salado, para terminar de desarrollarse. Durante el tiempo que permanecen en agua salada, recorren miles de kilómetros en busca de áreas de pasto donde alimentarse. Además, esta es una etapa en la que experimentan alteraciones fisiológicas y de comportamiento, una preparación para la fase adulta y la reproducción.
Después regresan al río en el que nacieron, donde tiene lugar su reproducción y desove. La mayoría de los salmones muere al término de esta fase, aunque una pequeña porción consigue regresar al mar y llevar a cabo una segunda fase reproductiva.
4. Relación de conceptos: conocimiento y aprendizaje
Los textos expositivos entregan una serie de nuevas ideas que el lector debe relacionar con sus conocimientos previos, es decir, la nueva información se interpreta y asimila gracias a lo anteriormente conocido.
Para favorecer el aprendizaje de estos nuevos conceptos, los textos expositivos deben ser comprensibles, esto es, no solo exponen una información, sino que la explican para que se entienda.
Por ello es frecuente el uso de recursos como:
- Reformulación: es la explicación de fragmentos complicados con palabras más sencillas que faciliten su comprensión.
- Aposiciones o paráfrasis, para ampliar las explicaciones.
- Mapas conceptuales y esquemas.
- Definición y descripción, para explicar conceptos de manera precisa y a través de sus particularidades.
- Ejemplos, analogías y recursos gráficos, para entregar información de forma más ilustrativa.
Ejemplo
El castellano es una lengua romance. Las lenguas romances son lenguas indoeuropeas que derivaron a partir del latín vulgar y que guardan entre sí una relación de similitud morfológica y fonética. Se denominan indoeuropeas a las lenguas, derivadas de una hipotética lengua común, que se extendieron desde India y las estepas rusas hasta Europa.
Las lenguas romances se dividen, desde un punto de vista territorial, en lenguas insulares y continentales. De las lenguas insulares, se conserva el sardo (Cerdeña) y de las continentales hay que destacar el francés, el italiano, el provenzal, el castellano, el rumano, el portugués, el catalán y el gallego.
Ver también:
Referencias:
- Álvarez Angulo, T., & Ramírez Bravo, R. (2010). El texto expositivo y su escritura. Folios, (32), 73-88.
- Álvarez Angulo, T. (2001). Textos expositivo-explicativos y argumentativos. Barcelona: Octaedro.
- Giglio de Magallanes, S. (2005). Hacia la comprensión del texto expositivo. Lectura y Vida, (26) 2, 54-63.
- Gil-García, A., & Cañizales, R. (2004). Herramientas pedagógicas para la comprensión del texto expositivo. Lectura y vida. Revista latinoamericana de lectura, 25(3).