Las causas y consecuencias de la migración son situaciones políticas, sociales, económicas o culturales que impulsan la salida del lugar de origen o la llegada al lugar de destino. Por lo general, se trata de factores que restan calidad de vida y que el migrante trata de solucionar desplazándose de su ciudad o país.
Por ejemplo, una de las causas de la migración en México, y que es común en Latinoamérica tiene que ver con la pobreza. Esto hace que para muchas familias sea difícil mejorar sus condiciones de vida y se ven forzadas a migrar internamente, cambiando de ciudad, o a irse del país de forma temporal o permanente.
Existen, entonces, dos grandes tipos de migración: interna, cuando se hace dentro del propio territorio, o externa, cuando se sale del país. Pero también existen otros tipos según el tiempo de estadía, la edad de los migrantes, el destino elegido, etc. Todas ellas están impulsadas por unas causas y tienen consecuencias tanto en el lugar de origen como en el destino final.
Causas de la migración
Se refieren a las motivaciones de los migrantes para dejar su lugar de origen. Estas causas pueden ser políticas, económicas, sociales, culturales, ecológicas o por conflictos armados, tal y como se describe a continuación.
1. Políticas: golpes de Estado, violencia política, persecuciones
Los conflictos políticos de un país pueden impulsar la migración según la gravedad del caso. Golpes de Estado, inestabilidad en la alternancia del poder, irrespeto a la expresión de la voluntad popular, etc, generan una situación de inestabilidad que suele forzar la migración.
Cuando una persona es perseguida por su ideología política y debe salir de su país de forma voluntaria o porque fue expulsado por las autoridades, se le llama refugiado político.
Por ejemplo, la presión del actual gobierno chino contra los disidentes políticos ha llevado a muchos de ellos a salir del país después de haber sido perseguidos o encarcelados. Es el caso del activista por los derechos humanos Teng Biao.
2. Económicas: pobreza extrema, hiperinflación, escasez
El nivel de desarrollo económico de un país incide directamente en la calidad de vida de sus habitantes. Por eso, los países con crisis económicas graves suelen ser un caldo de cultivo para de procesos migratorios, ya que sus habitantes deben desplazarse para buscar más o mejores ingresos para sobrevivir.
Un ejemplo es Venezuela, cuya severa crisis hiperinflacionaria sumada a la escasez de alimentos y al deterioro de los servicios públicos, ha generado una migración estimada para 2020 en unas siete millones de personas, según cifras de ACNUR. Esto es el equivalente a la población de Paraguay para el año 2021.
Otro ejemplo es Haití, un país con una grave crisis económica, lo que ha generado la migración del 14% de su población para 2019, según datos de la ONU. Esos desplazamientos son, en su mayoría, hacia República Dominicana.
3. Culturales: estudios en el extranjero
El deseo de conocer e integrar otras culturas a la propia es también una causa de migración, especialmente entre la población más joven. Estudios universitarios, de postgrado o cursos de idiomas suelen ser las vías más comunes para migrar, bien sea de forma temporal o definitiva.
Un ejemplo muy común en Europa es el programa Erasmus, que promueve la movilización de estudiantes de gran parte de la comunidad económica europea. Ellos pueden estudiar de tres a doce meses en otro país europeo y al regresar, los estudios realizados en el extranjero son reconocidos por su universidad.
4. Sociales: inseguridad, desempleo
La migración puede estar impulsada por dificultades en el entorno social que le restan calidad de vida al migrante y su entorno familiar. La inseguridad y el desempleo son causas comunes de migración en América Latina, lo que promueve las movilizaciones hacia otros países dentro o fuera del continente.
Por ejemplo, una de las causas de la migración en México tiene que ver con la inseguridad, expresada en asaltos, robos y violencia generada por los carteles del narcotráfico que operan en el país. Estas situaciones han estimulado migraciones dentro y fuera del territorio, en este caso hacia hacia Estados Unidos.
5. Ecológicas: desastres naturales, efectos del cambio climático
Estas causas tienen que ver tanto con desastres naturales (terremotos, huracanes, inundaciones, etc.) como con efectos del cambio climático (desertización, desaparición de las fuentes de agua potable, temperaturas extremas, etc). Estas situaciones suelen generar migraciones forzadas, ya que los habitantes del territorio deben abandonar su lugar de residencia para poder sobrevivir.
Un ejemplo son las islas que conforman el archipiélago de Kiribati, en Oceanía. Como consecuencia del cambio climático hay un incremento progresivo en el nivel del mar. Esta situación generará la desaparición de todas las islas para el año 2035. Por esa razón, muchos de sus habitantes ya han abandonado las islas, y se espera que la crisis migratoria se agudice a medida que la situación empeore.
6. Bélicas: guerras civiles, hostilidad de fuerzas extranjeras
Las guerras, bien sean entre fuerzas de un mismo territorio o entre países, generan una situación de zozobra que obliga a las personas a desplazarse para preservar su vida. Muchas veces, las guerras son la consecuencia de conflictos políticos, por lo cual se trata de dos causas de migración que están estrechamente relacionadas.
Un ejemplo es la guerra de Afganistán, que comenzó en 2001 después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos. Desde sus inicios ha generado oleadas de migraciones masivas hacia distintos países de Europa.
Ver también:
Consecuencias de la migración
¿Qué pasa cuando los migrantes llegan a su lugar de destino? Los intercambios entre los migrantes y la población local puede generar consecuencias políticas, económicas, culturales y sociales. Además, la migración puede tener efectos en la salud mental en las personas. Todas estas causas son descritas a continuación.
1. Políticas: cambios en las leyes de ingreso al país
La migración puede generar cambios en las políticas de los países receptores, bien sea para flexibilizar las leyes y permitir el ingreso de migrantes, o para endurecerlas y desestimular nuevos ingresos.
La migración puede ser utilizada en el discurso político para proponer o impulsar medidas xenofóbicas, especialmente en aquellos países que han recibido oleadas masivas de migrantes.
En 2017, por ejemplo, el entonces presidente estadounidense Donald Trump propuso la creación de un muro fronterizo entre Estados Unidos y México para detener la migración irregular. Esta propuesta fue severamente criticada, especialmente por el gobierno mexicano.
2. Económicas: mayor fuerza laboral en el país receptor
Los desplazamientos masivos tienen un impacto directo en los indicadores económicos, tanto del país de origen como del país receptor. Un país cuya fuerza laboral ha migado no puede producir, y si no produce no genera ingresos. Esto repercute a su vez en la disminución del empleo, aumento de la inflación, aumento de los niveles de pobreza, etc.
En cambio, en el lugar de destino, la llegada de potenciales trabajadores puede tener un impacto positivo. Los migrantes ayudan a diversificar la fuerza de trabajo, y cuando su situación se regulariza comienzan a hacer aportes tributarios al Estado receptor.
Un ejemplo son los datos del BBVA Research, que señalan que el impacto económico de la migración venezolana en Perú ayudó a aumentar el Producto Interno Bruto de ese país en 0,08% entre 2018 y 2019. Estos son unos 175 millones de dólares extra para la economía peruana generados por los trabajadores venezolanos.
Otro aspecto relevante son los envíos de dinero que hacen los migrantes a sus familias en los países de origen (remesas). En 2020, los envíos de dinero de los mexicanos migrantes a su país representaron un equivalente al 3,8% del Producto Interno Bruto de México, según un reporte del BBVA Research. Esto serían unos 39 mil millones de dólares para la economía mexicana.
3. Culturales: mestizaje, intercambio cultural
La migración genera nuevas dinámicas culturales que se expresan en un intercambio de experiencias, lenguas, costumbres y tradiciones que a largo plazo pueden incluso mezclarse. La migración favorece el mestizaje y enriquece la cultura del país receptor.
Un ejemplo son los migrantes europeos que llegaron a Latinoamérica al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Además de integrarse a los países de destino (Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, etc.), también compartieron su legado cultural, que se expresa en el enriquecimiento del idioma, el mestizaje y la gastronomía.
4. Sociales: cambios demográficos, xenofobia
La migración genera una redistribución de la población en el lugar de origen y en el lugar de destino. En el lugar de origen, puede haber una disminución de la población joven y un aumento de la población adulta y/o mayor. A largo plazo, los Estados deberán hacerse cargo de una creciente población económicamente inactiva (jubilados) mientras que el crecimiento de la población productiva es lento o está estancado.
En el país de destino, los cambios demográficos pueden expresarse en una mayor demanda de personas que necesitan empleo, acceso a la salud y la educación, así como un aumento del consumo local.
Como consecuencia de estos cambios la población local puede sentirse amenazada. Esta incertidumbre, y los problemas que ya existían en ese lugar antes de la oleada migratoria, pueden generar ideas xenófobas, como la presunción de que los extranjeros les están quitando el trabajo o que la delincuencia se debe a la presencia de los migrantes.
Ver también Diferencia entre racismo y xenofobia
5. Psicológicas: estrés, ansiedad, depresión
Los procesos migratorios pueden ser muy difíciles en términos psicológicos. Especialmente cuando se trata de migraciones forzadas, cuando las personas son menores de edad o cuando la movilización se hace en solitario.
La manera de afrontar el proceso migratorio varía según la persona. En algunos casos, pueden experimentar tristeza por lo que dejaron atrás, incertidumbre y miedo ante lo desconocido. En casos más severos, los migrantes pueden experimentar ansiedad, depresión o síndrome de estrés postraumático, especialmente en casos de migración causada por conflictos bélicos o situaciones de violencia.
Un ejemplo puede verse en los procesos de integración de los niños migrantes. En algunos casos, pueden experimentar estrés ante la idea de comenzar en una nueva escuela, de entender otro idioma o de hacer nuevos amigos, mientras que al mismo tiempo deben lidiar con la nostalgia que les genera estar lejos de sus amigos o familiares.
Ver también Nómadas y sedentarios