Yin y yang se refieren a elementos simbólicos o conceptos que representan fuerzas complementarias en el mundo natural y espiritual dentro el pensamiento chino, particularmente en el taoísmo.
El yin se refiere a la fuerza o energía negativa manifestada en lo oscuro y que es receptiva, como las sombras del lado norte de una montaña. Históricamente asociado a lo femenino, lo pasivo, suave y las épocas frías.
El yan es aquella energía positiva, la claridad y la luz, entendida como creadora y generadora. Esta representa el lado sur iluminado de una montaña. Lo masculino, lo activo, la dureza y las épocas cálidas son atributos del yang.
En el taoísmo, el yin y el yang representan principios que se encuentran en el universo, los cuales no son opuestos, sino que se complementan. En su interacción, crean todo aquello que existe. Su relación se reconoce a través del símbolo del taijitu, conocido popularmente como el "yin yang".
Yin | Yang | |
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Definición |
Es una fuerza, principio o símbolo, que con el yang forma parte de un ciclo vital, y es utilizado para referirse a aquella energía relacionada con la oscuridad y las fuerzas negativas del universo. | Es aquella fuerza o símbolo complementaria al yin que representa la energía relacionada con la claridad o la luz, así como las fuerzas positivas del universo. |
Características |
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Momento del día |
La noche. |
El día. |
Estaciones |
Otoño e invierno. |
Primavera y verano. |
Rol en la vida cotidiana |
Trabajo dentro de casa y nutrición. |
Trabajo en el campo (fuera de casa) y provisión de alimentos. |
¿Qué es el yin?
El yin es un elemento que, junto al yang, representa un principio del orden del universo y todas las cosas existentes. Su traducción del mandarín significa la ‘fuerza negativa’ y se asocia a lo oscuro. En este sentido, el yin es la energía receptora y pasiva del universo, entendido como la cara norte de una montaña, oculta entre las sombras.
Así, el yin como energía negativa no se entiende como algo "malo", sino como algo complementario a la claridad. Como una sombra que se proyecta sobre un objeto expuesto a un rayo de luz.
Es considerado por muchas personas, junto con el yang, como un principio ordenador del cosmos o un símbolo que representa una energía de ciertos atributos de las cosas. Ambos elementos son expresiones utilizadas para entender la realidad del ser humano. Es decir, tanto yin como yang pueden ser vistos como formas de observar el mundo social y natural.
De la misma forma, los diferentes ciclos y períodos del año están representados por alguno de estos elementos. El yin representa la época que cubre el otoño e invierno, caracterizada por ser más oscura y fría. Durante estas estaciones hay menos labores y actividades al aire libre.
Además, el yin ha sido asociado históricamente a lo femenino, ya que a las mujeres se les asignaba el labores dentro de la casa, el cuido y la alimentación de la familia, y no de las actividades de trabajo en el campo (que eran consideradas más activas y propias de los hombres).
Características del yin
- Es femenino.
- Es la serenidad.
- Sus estaciones: otoño e invierno.
- Es frío.
- Su momento es la noche.
- Es oscuro.
- Se asocia al norte.
- Es suave.
- Su movimiento es la contracción.
- Se manifiesta en el agua.
- Es pasivo.
¿Qué es el yang?
El yang es un elemento que se traduce del mandarín como ‘fuerza positiva’, representando aquello que tiene luz o está iluminado. Su significado se ejemplariza como la cara sur de una montaña que refleja la luz del sol. La cualidad del yang es la energía generadora y activa.
Como complemento, el yang representa lo opuesto al yin, pero no como si en un sentido de oposición, sino como dos caras de una misma moneda. De esta forma, el yang simboliza lo masculino, lo cálido, lo duro, la luz y el fuego.
El yang representa la época de la primavera y el verano. Durante las épocas cálidas y con más luz, como acontece durante estas estaciones, el trabajo en el campo era (y es) una actividad común.
Así, como resultado de la observación del mundo social y natural, el yang estaba inscrito en las labores del día a día realizadas al aire libre, desprendiéndose de este la idea de movimiento o acción. Estas tareas se han asociado históricamente al hombre, además de la de ser quien trae el alimento de fuera de la casa.
Características del yang
- Es masculino.
- Es la fortaleza.
- Sus estaciones: primavera y verano.
- Es cálido.
- Su momento es el día.
- Es claro.
- Se asocia al sur.
- Es duro.
- Su movimiento es la expansión.
- Se manifiesta en el fuego.
- Es activo.
Relación entre el yin y el yang
Estos elementos son considerados como partes de un todo. Ambos, el yin y el yang, se necesitan mutuamente y su coexistencia permite que el universo exista. Su relación es la de un movimiento continuo de acción-reacción. Ninguno de los dos tiene más valor o superioridad que el otro, ya que son partes integrantes y necesarias de la realidad social y natural.
Dentro del taoísmo y el pensamiento clásico chino, la armonía entre ambos es como la realidad cíclica natural. Por ejemplo, siguiendo el ciclo diario, durante el día se realizan las labores en el campo, momento que manifiesta el yang. Por la noche y cuando hace frío, las personas descansan dentro de sus casas, y esto representa al yin.
Es por esto que el yin es aquello pasivo, ya que durante la noche hay poca actividad, y el yang es visto como lo activo. Esta unión asegura el balance del universo.
Se podría decir que el yin y el yang manifiestan su sentido precisamente por ser complementarios. Esta dinámica se manifiesta a través del qí (chí) que es la 'fuerza vital' que fluye en el universo.
El yin y el yang en el taoísmo
El taoísmo es una tradición de pensamiento china con unos 2500 años de antigüedad aproximadamente. En el taoísmo se le da una gran importancia a la armonía natural del universo, la cual se consigue con la conjunción del yin y el yang.
Dentro de esta tradición, el Tao es un elemento que da orden al universo y todas las cosas, permitiendo dicha armonía. El Tao es interpretado (y traducido) de diversas maneras, siendo particularmente conocido como ‘la vía’ o ‘el camino’.
El taoísmo, como expresión del Tao, es visto como una forma apropiada de vivir. En este caso, el Tao o la vía es el camino correcto durante la existencia. El Tao no trata de conceptualizar la vida, sino que es más bien una forma de ser cuando se vive.
Dentro de la tradición taoísta, la naturaleza y sus ciclos deben ser respetados, por lo que seguir al Tao permite que cada ser actué conforme a la armonía creadora del universo. Asimismo, el Tao se encuentra presente en todas las cosas, y los humanos son una expresión de este.
En el Tao Te Ching o El libro del Tao y su virtud, que es un texto atribuido a Lao Tzu (alrededor de los siglos IV a VI a. C), se sentan las bases del taoísmo. Este libro se centra en el Tao y su relación con las energías complementarias yin y yang, sin definir ninguna, aunque señalando su importancia dentro del flujo vital del universo y su armonía.
En el capítulo 42, el Tao Te Ching hace referencia explícita a la relación que tiene el yin y el yang con el Tao:
El Tao dio a luz al Uno.
El Uno dio luz al Dos.
El Dos dio luz al Tres.
El Tres dio luz a toda la creación.
Todas las cosas llevan consigo la fuerza negativa del Yin,
A la vez que abrazan la fuerza positiva del Yang.
La unión de estas fuerzas,
Les permite alcanzar un estado de armonía.
De esta forma, en el taoísmo el yin y el yang se encuentran presentes en todas las cosas y criaturas. No son separables, y sin embargo son distintos. Esta armonía indica que existe una vía (Tao) que es seguida naturalmente en el universo.
Dentro del taoísmo, la vida se lleva sin bloquear la vía de las cosas. Esto significa que aquello que "es" no debe ser obstruido. Cada acción que vaya en contra del Tao puede afectar el curso natural que las cosas siguen.
La idea es, entonces, actuar de acuerdo al Tao, libre de egoísmos. Es decir, a través del Wu Wei, o el ‘hacer sin hacer’, es como se puede las personas pueden actuar sin obstruir al Tao, libres de cualquier manifestación de egocentrismo.
Para visualizar esto, se puede pensar en un gran río fluyendo hacia el mar. Si se fuera a cruzar nadando, ir en contra de la corriente, que es el flujo natural de las cosas (Tao), habría un gasto muy grande de energía, además de posibles consecuencias mortales. En cambio, si se sigue el flujo del río, la acción de cruzar poco a poco nadando a favor de la corriente permite que se emplee menos energía. Esto conlleva el dejar que el río "sea" y el actuar sin hacer (Wu wei), preservando la armonía natural.